Fue hermoso, por el tan solo hecho de que sea el; y lo peor, es que él sacaba temas para hablar, como si tuviera ganas de charlar conmigo.
Descubrí que teníamos varias cosas en común, como las bandas que nos gustaban, y ese tipo de cosas, pero en el momento más interesante de la charla él se tuvo que ir, ya se le estaba haciendo un hábito eso de dejarme.
Pero igual, no importaba, era el segundo día que él me alegraba.
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